Uno de los mayores problemas del virus COVID-19 es que presenta un cuadro de complicaciones en el transcurso de los días lo cual requieren hospitalización inmediata. Estas complicaciones son generalmente de tipo respiratorio como neumonía. Este efecto ocurre mayormente en los pacientes mayores a 60 años o con alguna enfermedad crónica que signifique una disminución de defensas.
Como se escucha en las noticias, el continente europeo es el que actualmente se lleva la peor parte respecto a la cantidad de paciente infectados con el virus COVID-19. En el norte de Italia, donde es un gran foco de esta pandemia, surgieron problemas en un hospital. Se necesitaban válvulas para aparatos respiratorios de cuidados intensivos debido a un aumento extremo de casos que surgieron a raíz de pacientes diagnosticados con el virus.El problema empeoró ya que el proveedor no encontraba la forma de obtener estos reemplazos rápidamente. Fue un pequeño grupo usuarios de impresoras 3D que apoyaron con este vació de productos médicos mediante la fabricación de válvulas de venturi que se requerían de manera urgente.
Gracias a la compañía Isinnova llevó una impresora 3D como apoyo al hospital para que pudieran fabricar estas válvulas y la compañía Lonati SpA que trabajó con un proceso de fusión de lecho de polvo de polímero láser (impresión 3D) para recrear las válvulas con un material a base de poliamida personalizado.
Alrededor del mundo, distintos grupos de impresión 3D se han unido para solventar la demanda de productos médicos ante esta crisis que se está viviendo. la versatilidad y rapidez de este tipo de fabricación hace posible la solución de problemas cuando más se necesita.